¿Por qué la UE no puede ignorar las regiones?

Karl-Heinz Lambertz, 

Presidente del Comité Europeo de las Regiones

 

El Comité Europeo de las Regiones no solo comparte con la ORU FOGAR la idea de que la descentralización acelera el desarrollo, sino que defiende esta idea en todos los foros internacionales: ante las Naciones Unidas en lo que se refiere a las cuestiones climáticas, en sus relaciones con los países vecinos de la Unión Europea, con la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM) o la Conferencia de Autoridades Locales y Regionales de la Asociación Oriental (Corleap) y, por supuesto, principalmente en el seno de la Unión Europea, con el fin de garantizar una mayor participación de los entes locales y regionales en la elaboración y la aplicación de las políticas y los actos legislativos europeos. 

¿Por qué la UE no puede ignorar las ciudades y regiones? 

En la actualidad, Europa se enfrenta a importantes desafíos y las ciudades y regiones se encuentran, a menudo, en primera línea. Si tomamos el ejemplo de la crisis migratoria, es evidente que, sobre el terreno, las ciudades y regiones fueron las primeras en actuar. En Catania, en Atenas, en las islas griegas y en muchos otros lugares y países, los responsables locales y regionales han organizado la acogida de miles de migrantes en circunstancias muy difíciles. 

Por esta razón, es absolutamente necesario plantear y refundar Europa desde abajo. Los agentes locales y regionales se encuentran entre los mejor situados para evaluar el valor añadido que aporta la Unión a los ciudadanos y para dar a conocer sus expectativas. Se trata de una experiencia y de una capacidad para proponer y actuar que resultan imprescindibles para concebir el futuro de Europa. 

Del mismo modo que el nivel europeo influye en el nivel local y regional, el nivel territorial debe poder influir realmente en el nivel europeo. Las ciudades y regiones deben participar plenamente en la elaboración de políticas europeas y ser reconocidas como protagonistas europeos de pleno derecho. 

Debemos trabajar juntos, a todos los niveles, y determinar a qué nivel es preferible tomar y aplicar las decisiones en interés de los ciudadanos. Este es el principio conocido por el término técnico «subsidiariedad» y del que el Comité de las Regiones es el guardián a nivel europeo. No obstante, aquellos que quieren eludir este principio para privar a la Unión de sus competencias, en beneficio de los Estados miembros, se equivocan. Para mí, se trata de acercar más Europa a los ciudadanos, no de debilitarla. Para ello, es necesario ante todo reforzar el papel de las ciudades y regiones en interés de la Unión.  

¿Por qué la UE debe tener más en cuenta a las ciudades y regiones en su presupuesto?

Las negociaciones presupuestarias nunca son sencillas, pero los Estados miembros deben acordar un presupuesto europeo ambicioso para los ciudadanos. Los europeos necesitan un presupuesto que les proteja de las consecuencias negativas de la globalización, que promueva la inclusión social y territorial, y que les permita hacer frente a nuevos retos como la migración, el cambio climático, la digitalización de la economía y la seguridad. 

Habida cuenta de su carácter solidario, la política de cohesión contribuye de manera esencial al fortalecimiento de la Unión Europea. Gestionada conjuntamente por la UE, los Estados miembros, las regiones y las ciudades, es la política más adecuada para responder de modo concreto a estas preocupaciones y a los nuevos desafíos. Es una política para el futuro que funciona bien.

Al término del período presupuestario 2014-2020, esta política habrá ayudado a 7,4 millones de desempleados a encontrar trabajo, habrá permitido a 8,9 millones de europeos obtener una cualificación, habrá facilitado a millones de hogares el acceso al agua potable y a internet, habrá apoyado a 1,1 millones de pequeñas y medianas empresas, habrá financiado proyectos de investigación y habrá mejorado miles de kilómetros de carreteras y ferrocarriles, entre otras muchas cosas. 

Sería incomprensible y peligroso renunciar a una política que apoya tan eficazmente a los ciudadanos europeos. ¿Cómo se puede construir una Unión sin garantizar la cohesión social, económica y territorial? 

Por ello, los miembros del Comité de las Regiones piden que la política de cohesión se aplique a todas las regiones y que siga representando al menos una tercera parte del futuro presupuesto europeo. Este es también el objetivo de la iniciativa #CohesionAlliance, impulsada por el CDR junto con las principales asociaciones europeas de regiones y ciudades (ARE, ARFE, CALRE, CMRE, CRPM, Eurocities). 

El Comité Europeo de las Regiones pide, asimismo, que las regiones y ciudades estén mejor integradas y que se les permita participar en los demás programas de financiación de la Comisión europea, ya sea en el ámbito de la investigación y la innovación, la educación y la juventud o el transporte. 

¿Por qué el reconocimiento de la gobernanza multinivel permite obtener mejores resultados para los ciudadanos europeos? 

La reivindicación de una mayor participación de las ciudades y regiones no es un capricho de los responsables políticos locales. Todos los estudios y nuestra experiencia demuestran que la gobernanza multinivel es la mejor manera de obtener resultados tangibles para los ciudadanos europeos. Solo si participan todos los niveles de gobernanza, especialmente a escala local y regional, pueden desarrollarse enfoques de base local («place-based approach») que respondan a las necesidades reales de los ciudadanos. Solo si cooperan estos diferentes niveles de gobierno, incluso en las regiones más ricas, pueden reunirse también los medios necesarios para resolver los problemas de las zonas más desfavorecidas. Sin las regiones y las ciudades, el impacto de las políticas europeas será muy limitado. 

Las estrategias integradas que inciden en el conjunto de factores estructurales y coyunturales de la pobreza o la pérdida de posición social solo pueden llevarse a cabo con la participación de los agentes locales interesados. En este contexto, cabe lamentar que la Unión Europea se esté alejando de la metodología que ayudó a crear. La Comisión Europea ha retirado el pilar de desarrollo rural de la política agrícola común (PAC) y está contribuyendo en cierta medida a una renacionalización del FSE, por lo que parece que ha renunciado a su ambición de transformar nuestras regiones y ciudades.

En el Comité Europeo de las Regiones no nos damos por vencidos y tenemos la intención de hacerlo saber claramente durante las negociaciones sobre el próximo marco financiero plurianual de la Unión Europea o sobre los reglamentos de aplicación de la política de cohesión, la PAC y todas las demás políticas con repercusiones territoriales. 

 


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