Los efectos de COVID-19: Hacia una "nueva normalidad" sostenible

Arnau Queralt-Bassa 

Presidente de la Red Europea de Consejos Consultivos sobre Cambio Climático, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (EEAC)

En las últimas semanas, muchas instituciones han publicado análisis y opiniones sobre el origen de las pandemias y sus impactos, pero también sobre las maneras de salir de esta crisis global. Es el caso de la Red Europea de Consejos Consultivos sobre Cambio Climático, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (EEAC), una red de 17 órganos consultivos de 13 países y regiones europeos establecidos por gobiernos y parlamentos nacionales o regionales. Este artículo contiene los aspectos más esenciales destacados en sus reflexiones.

El mundo está viviendo una situación sin paralelo en la historia reciente. Las cifras todavía nos sorprenden: el 30 de abril de 2020, el número de víctimas ha superado los 227.000 y los casos confirmados han aumentado a más de 3 millones (se estima que los reales son muchas veces mayores). Aunque en algunos países la curva de nuevas infecciones -y el número de muertes- parece disminuir, el futuro sigue siendo incierto. Hasta ahora, el COVID-19 ha tenido importantes impactos económicos y sociales, como pérdida de ingresos, pérdida de empleo, desempleo, aumento de los costes sanitarios y aumento de la deuda, junto con los muchos problemas sociopsicológicos que han acompañado las drásticas medidas de protección. La crisis de COVID-19 está poniendo al descubierto las crecientes desigualdades y tensiones dentro de muchas de nuestras propias comunidades y sociedades, tanto a nivel local como mundial.

El mundo nunca ha visto una pandemia causada por un coronavirus y, con toda probabilidad, no será la última. Han pasado cien años desde la gripe de 1918, la última gran pandemia que afectó a la humanidad. Sin embargo, ya se había reconocido el riesgo de una pandemia causada por un agente infeccioso. El primer informe sobre la preparación global para emergencias sanitarias publicado en otoño de 2019 por la Junta Mundial de Vigilancia de la Preparación advirtió que la humanidad corría el riesgo de padecer una epidemia equivalente a la denominada gripe española de 1918 . Sin embargo, los sistemas de salud de todo el mundo todavía están poco preparados para pandemias significativas de otras enfermedades infecciosas emergentes, como se destacó en la edición de 2020 del Informe sobre los riesgos mundiales del Foro Económico Mundial .

La pandemia de Covid19 es una advertencia a la humanidad. No es sólo una pandemia de salud, sino una crisis múltiple: una crisis de pérdida de integridad de la biosfera, una crisis de salud humana, una crisis de falta de preparación, una crisis de desigualdades sociales, una crisis del actual modelo de globalización, una crisis de un sistema económico global que no tiene planes ni medios. La pandemia de Covid19 y sus secuelas probablemente provocarán cambios en los valores, las normas y los sistemas sociales y económicos. No sabemos qué implicarán estos cambios, pero está claro que la pandemia nos obligará a reinterpretar el mundo y la forma en que vivimos.

La salida de esta crisis reside en la reducción de la degradación de la naturaleza y la promoción de una economía que sirva a la humanidad, respetando al mismo tiempo los límites biofísicos del planeta. Es decir, una economía circular, neutra en carbono que ayude a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático e invierta el proceso acelerado de pérdida de biodiversidad. Dado el impacto de la crisis en la población socialmente vulnerable, no hay otra alternativa que construir una economía inclusiva, que promueva un trabajo digno y, por lo tanto, que no deje a nadie atrás. Es necesario encontrar soluciones estructurales para resolver problemas como la falta de acceso a la vivienda, la economía sumergida, el creciente desempleo y la prevalencia de los contratos de trabajo temporales. Es necesario mejorar la financiación de los sistemas de salud pública y asistencia social, especialmente para las personas mayores, así como para la investigación.

En resumen, la "nueva normalidad" después de la crisis del COVID19 debe construirse sobre bases sostenibles. Existen graves limitaciones: 1) el rápido crecimiento de la población mundial (que podría llegar a 9.700 millones de personas en 2050), la mitad de la cual residirá en sólo nueve países; 2) el aumento del número de personas que viven en ciudades (entre 2025 y 2030 se estima que 40 ciudades con más de 10 millones de habitantes cada una serán el hogar de 630 millones de personas); y (3) el creciente consumo de recursos a nivel mundial.

A pesar de la emergencia de COVID-19, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) del Agenda 2030 deberían ser la brújula para guiarnos a superar la crisis actual, mejorar nuestra resiliencia como sociedad y ayudar al planeta. En muy poco tiempo, la lucha contra la pandemia ha activado elementos esenciales como la innovación, las asociaciones público-privadas sin ánimo de lucro, la solidaridad ciudadana a gran escala y los cambios monumentales de comportamiento social e individual. Todos estos elementos tienen un papel central que desempeñar en nuestros esfuerzos por cumplir con los ODS, lo que confirma que cumplirlos no sólo es necesario sino también más factible que nunca.

En tiempos de COVID19, los ODS nos muestran el camino para una recuperación sostenible: ¡no debemos encerrarlos!

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http://eeac.eu/wp-content/uploads/2020/04/One-pandemic-numerous-lessons-and-17-goals-that-we-must-not-put-in-lockdown_CADS-statement.pdf

http://eeac.eu/wp-content/uploads/2020/04/Responding-to-Covid19-Building-social-economic-and-environmental-resilience-with-the-European-Green-Deal.pdf


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