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Magnus Berntsson

Presidente de la Asamblea de Regiones de Europa

La migración ha sido parte de la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos. Permanece siempre presente en el mundo globalizado en el que vivimos hoy, donde la migración es una parte inextricable de la transformación social, cultural, económica, política y tecnológica de la sociedad. 

En 2017, el número total de migrantes internacionales ascendía a 258 millones y desde el año 2000 ha aumentado en casi un 50%.  Ilustrando que vivimos en una época de alta movilidad y migración. Vemos que un número creciente de personas emigran o intentan emigrar, una tendencia que sin duda continuará en un futuro.  

Esto no ha pasado desapercibido, ya que últimamente la migración ha ganado mucho terreno en la agenda política. Las distintas corrientes políticas que se observan en todo el mundo, muestran que la migración se ha convertido en un tema destacado, con claras líneas de división tanto dentro de Europa como fuera de ella. 

Si bien es posible que los flujos globales de migración hayan disminuido en la actualidad, la presión persiste, especialmente a nivel subnacional. Apoyar la integración de los recién llegados se ha convertido en una prioridad para las regiones, municipios y ciudades europeas. El nivel subnacional ha demostrado ser decisivo para promover la integración y contribuir a la inclusión social, económica y cívica.

Al hablar de migración e integración hay que tener en cuenta el contexto nacional. Las competencias de las regiones en estos ámbitos varían mucho según los países. En mi región natal, Västra Götaland, en Suecia, trabajamos con la integración desde tres perspectivas diferentes: 

- como actor de desarrollo regional, iniciamos proyectos de colaboración y cofinanciación, entre otros, en el área de la integración del mercado laboral.

- como responsables de la atención sanitaria, nos hemos fijado un objetivo de igualdad de salud y atención, en el que trabajamos activamente con grupos objetivo vulnerables, como las personas de origen socioeconómico débil y las personas de origen inmigrante. 

- y en nuestro papel como el mayor empleador del condado, donde podemos ser un ejemplo de diversidad en el reclutamiento, y tener diferentes iniciativas tales como trabajos subvencionados, pasantías, etc. dirigidas al grupo objetivo.

Al pasar de una región a una red formada por 150 regiones de toda Europa, el compromiso de la ARE con el tema de la migración y la integración se remonta a más de una década atrás. Con el trasfondo de regiones con competencias diferentes en materia de migración e integración, la ARE aplica un enfoque pragmático sobre el que las regiones miembros pueden encontrar un terreno común. La ARE trabaja con estos temas a través de sus comités que se centran en el intercambio de conocimientos, la oficina que trabaja con el trabajo de incidencia y a través de las actividades de proyectos.

En 2008, la Asamblea General de la ARE adoptó la "Declaración de Tampere sobre migración e integración", una declaración que contempla la integración desde un enfoque multidisciplinar. Sin embargo, el compromiso de las redes no termina ahí. En 2015, la ARE adoptó una declaración política sobre "Hacer frente a los retos de la migración y los refugiados" y en 2019 su grupo de trabajo sobre migración adoptó una posición "Hacia una Europa intercultural". Reiterando una vez más la postura pragmática de las regiones: encontrar una solución y cooperación allí donde los niveles nacional e internacional estén atascados en los debates. 

La ARE también trabaja con el tema de la migración y la integración a un nivel más práctico, esto se hace a través de proyectos de la UE y compartiendo conocimientos y experiencias. En la actualidad, la ARE participa activamente en un proyecto financiado por la UE que se centra en el acceso al servicio de los inmigrantes con discapacidades, denominado AMiD. El proyecto tiene por objeto sensibilizar a las autoridades subnacionales sobre uno de los grupos más frágiles dentro de los grupos desfavorecidos: los migrantes con discapacidades, trabajando con partes interesadas de una gran variedad de países como Bélgica, Finlandia, Grecia e Italia, por mencionar sólo algunos. Este proyecto con regiones de una gran variedad de países ilustra que, independientemente del contexto nacional, las regiones pueden cooperar a un nivel más práctico y aprender unas de otras.  

Otra oportunidad interesante en la que participa la ARE es el proyecto dirigido por la Organización Internacional para las Migraciones en colaboración con la ARE. El proyecto, denominado Includ-EU, pretende aprovechar la experiencia, el intercambio y el compromiso regionales y locales para mejorar la cohesión social en Europa. El proyecto tiene los siguientes objetivos:

a) mejorar los conocimientos y el potencial de los agentes locales y regionales para aplicar medidas de integración innovadoras, analizando las prácticas de integración con el fin de extraer recomendaciones de políticas temáticas y ofreciendo oportunidades adaptadas de desarrollo de capacidades; 

b) promover la puesta en marcha de acciones de integración innovadoras a nivel territorial, identificando las experiencias que permitan su reproducción o ampliación; 

c) establecer una red informal que fomente y aproveche la diversidad como valor añadido para facilitar la integración, a través de intercambios temáticos regionales.

El proyecto ha generado una gran cantidad de entusiasmo y aceptación desde todos los rincones. En particular, el Consejo de Europa se ha involucrado, apoyando la iniciativa a la luz de su potencial de ampliación y aportando información sobre las actividades del proyecto con el fin de crear las bases para expandir la red de ciudades interculturales a las regiones. Dos regiones miembros de la ARE también forman parte del consorcio: Cataluña y Cerdeña.

Estas ideas e iniciativas tienen por objeto fomentar una sociedad inclusiva -basada en la tolerancia y el respeto- y proteger los derechos sociales de los ciudadanos mediante la promoción de una Europa más inclusiva y más justa, todas ellas piedras angulares de la visión de la ARE para el futuro de Europa. Las regiones miembros de la ARE se han comprometido a cooperar más eficazmente para gestionar la migración y aprovechar con éxito los beneficios de la diversidad para obtener mejores resultados en materia de cohesión social, a través de la cooperación entre múltiples niveles y actores. 

Sin embargo, la ARE también hace un llamamiento a nivel nacional e internacional para que se reconozca que el coste de la migración y la integración, que normalmente recae a nivel local y regional, requiere una financiación adecuada por parte de los gobiernos nacionales y de la UE.

Esta cooperación no debería limitarse únicamente a las regiones europeas. Para que podamos abordar la cuestión de la migración y la integración, tenemos que cooperar a través de las fronteras. La Asamblea de las Regiones de Europa seguirá abogando por el éxito de la gestión de la migración y por un mayor énfasis en la integración y la diversidad, con un papel cada vez mayor de las regiones. Lo ideal sería que esto se hiciera en estrecha colaboración con otras redes regionales, como ORU Fogar. A través de una cooperación más estrecha podemos plantear el importante papel que desempeñan las regiones en cuestiones de migración e integración en todo el mundo. 

 


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