La V Cumbre Hambre Cero tratará de cambio climático, desperdicio alimentario y gastronomía

Tras cuatro cumbres de regiones sobre seguridad alimentaria celebradas fuera de Europa (Senegal, Colombia, Ecuador y Chile), la V Cumbre de Regiones Hambre Cero, que se va a celebrar en Barcelona del 2 al 4 de octubre va a centrarse en algunos temas a los que no se había dedicado anteriormente suficiente atención como son el Cambio Climático y sus implicaciones en la agricultura, la prevención de pérdidas y desperdicios alimentarios y la importancia de la gastronomía.

Una cumbre titulada Hambre Cero no puede, sin embargo, evitar tratar de la lucha contra el hambre y la consecución del ODS 2 de la Agenda 2030, menos cuando, según datos de Naciones Unidas, hoy, aproximadamente un 9,2% de la población mundial se enfrenta al hambre crónica, lo que equivale a unos 735 millones de personas. Además, un 30% de la población mundial – 2.400 millones de personas - padecen inseguridad alimentaria grave o moderada y no tienen acceso a una alimentación adecuada. Las regiones son muy sensibles al hecho que el número de personas que padecen inseguridad alimentaria no ha dejado de incrementar desde 2015, y la pandemia, los conflictos, el cambio climático y las crecientes desigualdades han agravado la situación.  

Así, a medio camino de la fecha límite para alcanzar los objetivos de la Agenda 2030, es imprescindible tomar medidas decididas, coordinadas y urgentes, y acelerar la implementación de soluciones que aborden las arraigadas desigualdades, transformen los sistemas alimentarios, inviertan en prácticas agrícolas sostenibles y reduzcan los efectos de los conflictos  en la nutrición y la seguridad alimentaria a nivel global. La Cumbre, en cualquier caso, mostrará que los gobiernos regionales tienen un papel clave como catalizadores de grandes cambios globales. 

Cambio climático y agricultura 

Actualmente, los recursos básicos para satisfacer nuestras principales necesidades de vida y bienestar, incluyendo la alimentación, están amenazadas por la erosión, pérdida de suelo fértil, deforestación, contaminación, falta de disponibilidad de agua, o la pérdida de biodiversidad.

Ya se están produciendo e intensificando hechos como la irregularidad del régimen de lluvias, el aumento de los episodios de sequía, los eventos meteorológicos extremos, el aumento del nivel del mar con posibles inundaciones o salificación de tierras fértiles como los deltas, etc. De hecho, la crisis climática expresa sus formas más agudas en forma de crisis alimentaria . Las sucesivas crisis de precios de los cereales de 2007, 2010, 2012, y 2022 son una primera evidencia.  

La V Cumbre Hambre Cero abordará la problemática des de diferentes aproximaciones.  Des de la producción de cultivos o animales más productivos y eficientes, más resistentes a enfermedades o plagas, con menor necesidades hídricas. O prácticas agrícolas más sostenibles con el entorno. Des de la agricultura de precisión, donde el cultivo es en gran parte capaz de requerir el suministro de su nutrición de una forma exactamente ajustada a sus necesidades , algo que minimiza los residuos potencialmente contaminantes  y los requerimientos de agua. 

Prevenir las pérdidas y el desperdicio alimentario 

La prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario a lo largo de la cadena, desde la producción primaria hasta el consumidor final, es clave para avanzar hacia un sistema alimentario sostenible.  

De acuerdo con los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano en el mundo se pierden y no son ingeridos por nadie. 

En la V Cumbre este ámbito tendrá un gran protagonismo y se centrará en las mejores prácticas existentes, como aquellas que distinguen entre residuo y desperdicio alimentario. En los países de rendas bajas, los alimentos se pierden en las primeras etapas de la cadena alimentaria y las etapas intermedias. Las pérdidas se producen, básicamente, por las dificultades en el trasporte y la falta de instalaciones de conservación adecuadas. En estos países, sin embargo, se desperdician muchos menos alimentos en el ámbito del consumo. En los países de rendas más elevadas, en cambio, los alimentos se desperdician en la etapa del consumo, lo que significa que se tiran cuando todavía son adecuados para el consumo humano.

La importancia de la gastronomía

La cocina es geografía, historia y cultura. Degustar sus productos y disfrutar es sinónimo de pasear por las costumbres de toda una región. 

Cada plato típico contiene una historia detrás de sus ingredientes y modos de elaboración. Por eso forma parte del patrimonio inmaterial, que permite contar al mundo la historia de una sociedad a través de los elementos que la identifican, siendo la gastronomía una parte importante de ellos.

Además, rescatar el patrimonio gastronómico permite basar la evolución de una comunidad en los mecanismos de producción, hábitos de consumo y nutrición más adecuados para ellos. Estos conocimientos y saberes tradicionales se transmiten de generación en generación, permitiendo una relación más sostenible y responsable con el entorno.

Sin embargo, no debemos olvidar que el patrimonio alimentario, al igual que las culturas, no es estanco, sino que evoluciona y se adapta a las nuevas necesidades del momento y el grupo social. 

De hecho, cada vez más gobiernos regionales reconocen el patrimonio alimentario con el objetivo de valorizar los productos y la gastronomía local, lo que contribuye arraigar a la población en las áreas rurales, pero también obliga a plantearnos los vínculos y equilibrio entre las zonas rurales y urbanas.

Cataluña es un país con una cultura gastronómica milenaria, rica en productos autóctonos y de calidad, tanto tradicionales como innovadores. La cocina catalana forma parte de la dieta mediterránea, una de las más saludables del mundo, basada en un alto consumo de alimentos de origen vegetal, aceite de oliva, cereales y productos frescos y de temporada.

Es esta V Cumbre Hambre Cero, que se celebra en Barcelona, Cataluña, un marco extraordinario para poner sobre la mesa este reconocimiento y fortalecimiento del orgullo gastronómico y culinario de las diferentes regiones del mundo. 

 

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